miércoles, 24 de julio de 2013

Nada provoco que no venga de usted

Ella:
Lo que usted provoca
cuando calla y sonríe
cuando habla y cuando mira
despierta lo que un día
con ímpetu dormía
rozar aquellas manos
que un día serán mías
posarme en esos brazos
que un día me tendrán
perderme en esos ojos
que un día soñaran
recorrer sus pensamientos
y adherirme para siempre
a la dulzura de esos labios
que un día cuidaré
a la tibieza de esa piel que un día besaré...

Yo:
nada provoco que no venga de usted
Todo silencio de sonrisa adornado
toda palabra de tus ojos pregnada
nada despierto sin tu mirada posada
¿entonces provoco amada bandida?
nada provoco que no venga de usted
hurtaste mi todo amada bandida
nada devuelvas mi bella gordita...

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