Ella:
Lo que usted provoca
cuando calla y
sonríe
cuando habla y
cuando mira
despierta lo que un
día
con ímpetu dormía
rozar aquellas manos
que un día serán
mías
posarme en esos
brazos
que un día me
tendrán
perderme en esos
ojos
que un día soñaran
recorrer sus
pensamientos
y adherirme para
siempre
a la dulzura de esos
labios
que un día cuidaré
a la tibieza de esa
piel que un día besaré...
Yo:
nada provoco que no
venga de usted
Todo silencio de
sonrisa adornado
toda palabra de tus
ojos pregnada
nada despierto sin
tu mirada posada
¿entonces
provoco amada bandida?
nada provoco que no
venga de usted
hurtaste mi todo
amada bandida
nada devuelvas mi bella gordita...
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