entre brisa nocturna y olor a sereno,
un golpe sonoro de mi corazón añejo solo de noche se escucha,
si,
solo de noche se escucha,
más cerca que lejos,
tiene rato bombeando oxigeno a mis yemas,
las mismas que ya casi olvidaban el divagar entre letras,
el suspirar entre ellas.
el suspirar entre ellas.
Bien nos hace, respirar desde los dedos...
ResponderEliminarcalma tanta vida ordinaria...
Un abrazo.